martes, 19 de octubre de 2010

RECONCILIADOS CON DIOS POR LA MUERTE DE JESÙS

“PORQUE SI SIENDO ENEMIGOS, FUIMOS RECONCILIADOS CON DIOS POR LA MUERTE DE SU HIJO, MUCHO MAS, ESTANDO RECONCILIADOS, SEREMOS SALVOS POR SU VIDA”. Romanos 5:10
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Nuevamente aquí, el apóstol Pablo menciona a Jesús como el Hijo de Dios; menciona su muerte como un medio de reconciliación: fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. La muerte de su Hijo trajo reconciliación para con Dios. El Hijo de Dios murió para reconciliarnos con su Padre. Sólo el Hijo pudo ofrecer el sacrificio favorable a la raza humana, a fin de que pudiéramos ser reconciliados con nuestro Creador. Jesucristo ofreció el sacrificio agradable al Padre a fin de que volviéramos en amistad con El.

“PORQUE LO QUE ERA IMPOSIBLE PARA LA LEY, POR CUANTO ERA DÉBIL POR LA CARNE, DIOS, ENVIANDO A SU HIJO EN SEMEJANZA DE CARNE DE PECADO Y A CAUSA DEL PECADO, CONDENÓ AL PECADO EN LA CARNE” Romanos 8:3.

Aquí en este versículo, Pablo menciona que el Hijo de Dios fue enviado por su Padre en semejanza de carne de pecado. Jesús aunque era de la misma sustancia que el Padre, tomó forma humana en el cuerpo de la virgen María, y, en su cuerpo humano, Jesús, el Hijo de Dios, recibió el castigo por el pecado de la humanidad, por eso dice: y a causa del pecado condenó al pecado en la carne; Dios condenó el pecado de la humanidad en la carne de Jesucristo, cumpliéndose en este hecho lo que Isaías escribió de Jesús: “MAS EL HERIDO FUE POR NUESTRAS REBELIONES, MOLIDO POR NUESTROS PECADOS; EL CASTIGO DE NUESTRA PAZ FUE SOBRE ÉL Y POR SU LLAGA FUIMOS NOSOTROS CURADOS”. Nuestras rebeliones fueron la causa de que el cuerpo de Jesús fuera herido. Por causa de nuestros pecados el cuerpo de Jesús fue molido por los azotes romanos. Jesús fue castigado para que nosotros tuviéramos paz y fuéramos sanados por su llaga.

En Romanos 8:3, Pablo menciona la ley como un medio ineficaz para hacer que el hombre obtenga la santidad reclamada por Dios. La naturaleza humana debido a su debilidad no puede sujetarse a ninguna ley; tal hecho de desobediencia constituye pecado y de acuerdo a la misma ley quebrantada, toda desobediencia a ella trae como consecuencia la muerte. Si Dios aplicara la sentencia decretada, todo pecador debe morir, porque: “EL ALMA QUE PECARE, ESA MORIRÁ” ¿¿No es grande el amor de Dios por la humanidad?? El amor de Dios es tremendamente grande, pues con tal de salvar de la muerte a la humanidad estuvo dispuesto a entregar a su propio Hijo con tal de que la humanidad fuera liberada de la condenación. “POR SU LLAGA FUIMOS NOSOTROS CURADOS”, dijo Isaías; las llagas de Jesús trajeron sanidad para la humanidad. La fe en la muerte sustitutoria de Jesús, trajo liberación a todos los que creen, pues los que creemos, hemos sido liberados del poder del pecado, hemos sido liberados de la condenación por el pecado y a su debido tiempo seremos liberados de la presencia del pecado.

“EL QUE NO ESCATIMÓ NI A SU PROPIO HIJO, SINO QUE LO ENTREGÓ POR TODOS NOSOTROS, ¿CÓMO NO NOS DARÁ CON ÉL TODAS LAS COSAS? Romanos 8:32.

En el versículo anterior el apóstol menciona a Dios, el Padre, como quien entrega al Hijo por nosotros; lo entregó por nuestra causa; lo entregó en nuestro lugar, como nuestro sustituto. Cristo no fue a la muerte para pagar por sus pecados, pues él no cometió pecado, sino por los nuestros: Cristo murió por nuestros pecados, porque el Padre mismo lo entregó por nosotros. ¡¡¡Gloria a Dios!!!

“EN ESTOS POSTREROS DIAS NOS HA HABLADO POR EL HIJO, A QUIEN CONSTITUYÓ HEREDERO DE TODO, Y POR QUIEN ASIMISMO HIZO EL UNIVERSO”. Hebreos 1:2.

1.- En estos postreros días, Dios nos ha hablado por el Hijo.
2.- Dios constituyó al Hijo heredero de todo.
3.- Dios por medio del Hijo, hizo el universo.

Dios nos habló por medio del Hijo; a través del Hijo. El Hijo es el profeta que en estos postreros tiempos nos habló en nombre del Padre. El Hijo fue el medio que utilizó el Padre para hablarnos. Cristo es asimismo La Palabra Viviente; su vida fue un mensaje vivo para la humanidad.

El Hijo es el heredero de todo. Dios hizo el universo por medio del Hijo y por lo tanto, al Hijo le pertenece.

“PORQUE EN ÉL FUERON CREADAS TODAS LAS COSAS, LAS QUE HAY EN LOS CIELOS Y LAS QUE HAY EN LA TIERRA, VISIBLES E INVISIBLES; SEAN TRONOS SEAN DOMINIOS, SEAN PRINCIPADOS, SEAN POTESTADES; TODO FUE CREADO POR MEDIO DE ÉL Y PARA ÉL”. (Colosenses 1:16).