miércoles, 16 de julio de 2008

SAULO DE TARSO PREDICA A CRISTO

SAULO DE TARSO PREDICA A CRISTO.



“EN SEGUIDA PREDICABA A CRISTO EN LAS SINAGOGAS, DICIENDO QUE ÉSTE ERA EL HIJO DE DIOS. (Hechos 9:20).

El autor de los hechos nos dice en el versículo 19 de Hechos 9, que Saulo de Tarso, después de haber recuperado la vista y de haber recuperado las fuerzas, estuvo algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. El versículo 20 dice que: “EN SEGUIDA PREDICABA A CRISTO EN LAS SINAGOGAS, DICIENDO QUE ÉSTE ERA EL HIJO DE DIOS”.
Todo parece indicar que inmediatamente después de haber recuperado la vista y haberse recuperado del choque psicológico sufrido por la visión que tuvo en el camino a Damasco, Saulo de Tarso, sin perdida de tiempo, empezó a predicar a Jesús, pero si vamos al capítulo 1 de la Carta a los Gálatas, ahí encontramos que probablemente pasó un buen tiempo preparándose en algún lugar antes de iniciar de lleno su labor evangelística y misionera.

“MAS OS HAGO SABER, HERMANOS, QUE EL EVANGELIO ANUNCIADO POR MI, NO ES SEGÚN HOMBRE; PUES YO NI LO RECIBÍ NI LO APRENDÍ DE HOMBRE ALGUNO, SINO POR REVELACIÓN DE JESUCRISTO.
PORQUE YA HABEIS OIDO ACERCA DE MI CONDUCTA EN OTRO TIEMPO EN EL JUDAISMO, QUE PERSEGUÍA SOBREMANERA A LA IGLESIA DE DIOS,Y LA ASOLABA; Y EN EL JUDAISMO AVENTAJABA A MUCHOS DE MIS CONTEMPORÁNEOS EN MI NACIÓN, SIENDO MUCHO MAS CELOSO DE LAS TRADICIONES DE MIS PADRES.
PERO CUANDO AGRADÓ A DIOS, QUE ME APARTÓ DESDE EL VIENTRE DE MI MADRE, Y ME LLAMÓ POR SU GRACIA, REVELAR A SU HIJO EN MI, PARA QUE YO LO PREDICASE ENTRE LOS GENTILES, NO CONSULTÉ EN SEGUIDA CON CARNE Y SANGRE, NI SUBÍ A JERUSALEN A LOS QUE ERAN APÓSTOLES ANTES QUE YO; SINO QUE FUI A ARABIA, Y VOLVÍ DE NUEVO A DAMASCO.
DESPUES, PASADOS TRES AÑOS, SUBÍ A JERUSALEN PARA VER A PEDRO, Y PERMANECÍ CON EL QUINCE DÍAS; PERO NO VÍ A NINGUN OTRO DE LOS APÓSTOLES, SINO A JACOBO EL HERMANO DEL SEÑOR.
EN ESTO QUE OS ESCRIBO, HE AQUÍ DELANTE DE DIOS QUE NO MIENTO.
DESPUÉS FUI A LAS REGIONES DE SIRIA Y DE CILICIA, Y NO ERA CONOCIDO DE VISTA A LAS IGLESIAS DE JUDEA, QUE ERAN EN CRISTO; SOLAMENTE OIAN DECIR: AQUEL QUE EN OTRO TIEMPO NOS PERSEGUÍA, AHORA PREDICA LA FE QUE EN OTRO TIEMPO ASOLABA.
Y GLORIFICABAN A DIOS EN MI” (Gálatas 1:11-24)

Por lo que leemos del mismo Pablo, el evangelio predicado por él no lo aprendió de hombre alguno, sino que fue una revelación dada directamente por Dios y que antes de ir a Jerusalén a entrevistarse con los apóstoles, tuvieron que pasar como mínimo tres años después de su conversión y en esa visita sólo pudo entrevistarse con Pedro, con quien solamente estuvo quince días, y con Jacobo el hermano del Señor.

Yo, al menos, no se que estaba haciendo Pablo en Arabia, si predicando a Cristo o recibiendo instrucciones de parte de él y después de tres años regresó a Damasco a predicar a Jesús y después de que ahí los judíos quisieron matarlo, decidió ir a Jerusalén; lo que si me queda claro es que su mensaje era cristocéntrico, pues la primera mención de Pablo como predicador es que: “EN SEGUIDA PREDICABA A CRISTO EN LAS SINAGOGAS, DICIENDO QUE ÉSTE ERA EL HIJO DE DIOS”.
En la mente de Pablo quedó bien claro desde el principio que Jesucristo era la máxima figura que era necesario exaltar y proclamar; a los Corintios en su primera carta les escribe: “PUES ME PROPUSE NO SABER ENTRE VOSOTROS COSA ALGUNA SINO A JESUCRISTO, Y A ÉSTE CRUCIFICADO” (I Corintios 2:2). Probablemente el apóstol Pablo sabía otras cosas pero lo que más ocupaba su mente era la persona y obra de Jesús; el Señor era su todo; inicia su ministerio presentando a Jesús como el HIJO DE DIOS. Hay varios pasajes de la Escritura en donde habla de Jesús como “EL HIJO DE DIOS”.
“FIEL ES DIOS (dice Pablo a los Corintios), POR EL CUAL FUISTEIS LLAMADOS A LA COMUNIÓN CON SU HIJO JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR”. (I Corintios 1;9), aquí Jesús es mencionado como HIJO DE DIOS y nosotros hemos sido llamados por Dios a la comunión con su Hijo.
A los Gálatas les dice: “PERO CUANDO VINO EL CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO, DIOS ENVIÓ A SU HIJO, NACIDO DE MUJER Y NACIDO BAJO LA LEY, PARA QUE REDIMIESE A LOS QUE ESTABAN BAJO LA LEY, A FIN DE QUE RECIBIESEMOS LA ADOPCION DE HIJOS” (Gálatas 4:4-5). El Hijo de Dios nació de una mujer. Nació bajo la ley, con un propósito: redimir a los que estaban bajo la ley.

“CON CRISTO ESTOY JUNTAMENTE CRUCIFICADO, Y YA NO VIVO YO, MAS VIVE CRISTO EN MI; Y LO QUE AHORA VIVO EN LA CARNE, LO VIVO EN LA FE DEL HIJO DE DIOS, EL CUAL ME AMÓ Y SE ENTREGÓ A SI MISMO POR MÍ.
NO DESECHO LA GRACIA DE DIOS; PUES SI POR LA LEY FUESE LA JUSTICIA, ENTONCES POR DEMÁS MURIÓ CRISTO” (Gálatas 2:20-21).
En estos dos versículos el apóstol vuelve a mencionar al Hijo de Dios como quien murió por él, dice: “EL CUAL ME AMÓ Y SE ENTREGÓ A SI MISMO POR MÍ”. Menciona ese hecho como un acto de gracia de parte de Dios, y él no está dispuesto a rechazar esa gracia, pues al rechazar la gracia de Dios y pretender justificarse por la ley, estaría rechazando la gracia de Dios y él de ninguna manera está dispuesto a rechazar la gracia de Dios (es de sorprenderse como algunos han tratado de justificarse y están tratando de justificarse por la ley dejando a un lado la gracia de Dios manifestada en la obra de Jesucristo). Lo que Pablo está diciendo aquí es que cuando tratamos de justificarnos por la ley, estamos nulificando el sacrificio de Jesús y al nulificarlo nos quedamos sin salvación pues él es el único Salvador. La ley nunca fue dada para salvar, solo fue establecida para ser nuestro ayo y llevarnos a Cristo. Retomaremos después este tópico; lo que de momento nos ocupa y preocupa es establecer que Pablo menciona a Jesús como el Hijo de Dios.

EL CUAL NOS HA LIBRADO DE LA POTESTAD DE LAS TINIEBLAS, Y TRASLADADO AL REINO DE SU AMADO HIJO, EN QUIEN TENEMOS REDENCIÓN POR SU SANGRE, EL PERDÓN DE PECADOS. (Colosenses 1:13-14).
¡¡¡Qué palabras tan hermosas!!! ¡¡¡En la sangre de Jesús tenemos redención y perdón de pecados; hemos sido librados de la potestad de las tinieblas y trasladados al reino del amado Hijo de Dios!!! Esto es para gritar un ¡¡¡ALELUYA!!! Bien fuerte. Todos hemos leído o al menos oído: “PORQUE LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE, MAS LA DADIVA DE DIOS ES VIDA ETERNA EN CRISTO JESÚS SEÑOR NUESTRO”. (Romanos 6:23). El pecado provoca muerte espiritual, muerte física y muerte eterna, pero si nuestros pecados son perdonados por la fe en Cristo, entonces, ¡Tenemos vida eterna; al ya no haber pecado, entonces ya no hay muerte; y todo es gracias a que Jesucristo nos ha redimido con su sangre। ¡¡¡Aleluya!!!...

domingo, 22 de junio de 2008

SAN PABLO

SAN PABLO

La primera vez que este hombre es mencionado en la Biblia aparece con el nombre de Saulo en el capítulo 7 del libro de los Hechos de los Apóstoles, exactamente en el lugar y hora cuando Esteban, el primer mártir de la Iglesia está siendo apedreado por dar testimonio de Jesús: “Y ECHÁNDOLE FUERA DE LA CIUDAD, LE APEDREARON; Y LOS TESTIGOS PUSIERON SUS ROPAS A LOS PIES DE UN JÓVEN LLAMADO SAULO. Y APEDREABAN A ESTEBAN, MIENTRAS EL INVOCABA Y DECÍA: SEÑOR JESÚS, RECIBE MI ESPÍRITU. Y PUESTO DE RODILLAS CLAMÓ A GRAN VOZ: SEÑOR, NO LES TOMES EN CUENTA ESTE PECADO. Y HABIENDO DICHO ESTO, DURMIÓ. Y SAULO CONSENTÍA EN SU MUERTE. EN AQUEL DIA HUBO UNA GRAN PERSECUCIÓN CONTRA LA IGLESIA QUE ESTABA EN JERUSALÉN; Y TODOS FUERON ESPARCIDOS POR LAS TIERRAS DE JUDEA Y DE SAMARIA, SALVO LOS APOSTOLES. Y HOMBRES PIADOSOS LLEVARON A ENTERRAR A ESTEBAN, E HICIERON GRAN LLANTO SOBRE ÉL. Y SAULO ASOLABA LA IGLESIA, Y ENTRANDO CASA POR CASA, ARRASTRABA A HOMBRES Y MUJERES, Y LOS ENTREGABA EN LA CÁRCEL”. (Hechos 7:58-8:3).

Saulo fue testigo de la muerte de un hombre que creía en Jesucristo como Señor y Dios. Ahí estaba él, Saulo, cuando Esteban invocó y dijo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Oyó también cuando Esteban volvió a decir: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Saulo vio a Esteban exhalar su último suspiro, pero a él eso no le importó mucho porque él “consentía en su muerte”. Después de la muerte de Esteban, Saulo siguió con su tarea de perseguir a la Iglesia, sacando de sus casas a los creyentes y llevándolos a la cárcel.
Con gran violencia, Saulo sacaba arrastrando de sus casas a quienes se atrevieran a confesar el nombre de Jesucristo; él mismo lo menciona en Hechos 22:4-5: “PERSEGUÍA YO ESTE CAMINO HASTA LA MUERTE, PRENDIENDO Y ENTREGANDO EN CÁRCELES A HOMBRES Y MUJERES; COMO EL SUMO SACERDOTE TAMBIEN ME ES TESTIGO, Y TODOS LOS ANCIANOS, DE QUIENES TAMBIEN RECIBÍ CARTAS PARA LOS HERMANOS, Y FUI A DAMASCO PARA TRAER PRESOS A JERUSALÉN TAMBIÉN A LOS QUE ESTUVIESEN ALLÍ, PARA QUE FUESEN CASTIGADOS”.

El mismo Saulo declara lo que sentía en su corazón y porque perseguía a la Iglesia: “YO CIERTAMENTE HABIA CREIDO MI DEBER HACER MUCHAS COSAS CONTRA EL NOMBRE DE JESUS DE NAZARET; LO CUAL TAMBIEN HICE EN JERUSALEN. YO ENCERRÉ EN CÁRCELES A MUCHOS DE LOS SANTOS, HABIENDO RECIBIDO PODERES DE LOS PRINCIPALES SACERDOTES; Y CUANDO LOS MATARON, YO DI MI VOTO. Y MUCHAS VECES, CASTIGÁNDOLOS EN TODAS LAS SINAGOGAS, LOS FORCÉ A BLASFEMAR; Y ENFURECIDO SOBRE MANERA CONTRA ELLOS, LOS PERSEGUÍ HASTA EN LAS CIUDADES EXTRANJERAS”.
(Hechos 26:9-11).

Pablo perseguía a la Iglesia porque creía que era su deber “hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús”. Confiesa que sentía un odio muy grande en contra de los discípulos de Jesús: “enfurecido sobremanera contra ellos”, los forzaba a blasfemar y los perseguía hasta en las ciudades extranjeras. Se nota por lo que él mismo dice que estaba lleno de odio, y cada golpe que daba, lo daba con odio indescriptible, sin remordimiento, pues creía que estaba cumpliendo su deber y, además, había recibido poderes de los principales sacerdotes para hacerlo. Matar, golpear, que importaba, podía hacerlo, tenía el poder, y tenía el odio suficiente para no detenerse. A Timoteo le escribe en su primera carta: “DOY GRACIAS AL QUE ME FORTALECIÓ, A CRISTO JESUS NUESTRO SEÑOR, PORQUE ME TUVO POR FIEL, PONIÉNDOME EN EL MINISTERIO, HABIENDO YO SIDO ANTES BLASFEMO, PERSEGUIDOR E INJURIADOR; MAS FUI RECIBIDO A MISERICORDIA POR QUE LO HICE EN IGNORANCIA, EN INCREDULIDAD”. (I Timoteo 1:12-13). Él mismo reconoce aquí haber sido: Blasfemo, perseguidor e injuriador; aclara, sin embargo que lo hizo por ignorancia, en incredulidad. A los Gálatas les dice refiriéndose a su conducta anterior: “PORQUE YA HABEIS OIDO ACERCA DE MI CONDUCTA EN OTRO TIEMPO EN EL JUDAISMO, QUE PERSEGUÍA SOBREMANERA A LA IGLESIA DE DIOS, Y LA ASOLABA; Y EN EL JUDAISMO AVENTAJABA A MUCHOS DE MIS CONTEMPORÁNEOS EN MI NACION, SIENDO MUCHO MÁS CELOSO DE LAS TRADICIONES DE MIS PADRES”. (Gálatas 1:13-14). Aquí vemos a un Pablo, celosos de las tradiciones de sus padres, o sea un tradicionalista. Aventajaba a muchos de sus contemporáneos en el judaísmo y era celoso de las tradiciones de sus padres; tal celo le hacía creer que era su deber hacer muchas cosas en contra del nombre de Jesucristo de Nazaret.

“SAULO, RESPIRANDO AUN AMENAZAS Y MUERTE CONTRA LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR, VINO AL SUMO SACERDOTE, Y LE PIDIÓ CARTAS PARA LAS SINAGOGAS DE DAMASCO, A FIN DE QUE SI HALLASE ALGUNOS HOMBRES Y MUJERES DE ESTE CAMINO, LOS TRAJESE PRESOS A JERUSALEN”. (Hechos 9:1).

Muy grande debía ser el odio que Saulo, posteriormente llamado Pablo, sentía por la Iglesia de Jesucristo pues aún a lugares lejanos iba a perseguir a los discípulos de Jesús. En esta ocasión se dirigía a Damasco a cumplir su propósito; ciudad a la cual no pudo llegar sin antes tener un encuentro con el dueño de la Iglesia. La Biblia nos dice que: “ MAS YENDO POR EL CAMINO, ACONTECIO QUE AL LLEGAR CERCA DE DAMASCO, REPENTINAMENTE LE RODEO UN RESPLANDOR DE LUZ DEL CIELO; Y CAYENDO EN TIERRA, OYO UNA VOZ QUE LE DECIA: SAULO, SAULO, ¿POR QUÉ ME PERSIGUES?”. (Hechos 9:3-4. Jesús nunca permitirá que seamos perseguidos más de lo necesario; tarde o temprano pondrá el alto a nuestros perseguidores. Había llegado el momento de decirle a Pablo: ¡basta! Al ver el resplandor que lo rodeó, cayó a tierra y, ahí postrado en tierra oyó la voz del Rey de reyes y Señor de señores llamándole por su nombre e inquiriendo: “¿POR QUÉ ME PERSIGUES?”. “EL DIJO: ¿QUIÉN ERES, SEÑOR? Y LE DIJO: YO SOY JESUS, A QUIEN TU PERSIGUES; DURA COSA TE ES DAR COCES CONTRA EL AGUIJON”. Sin duda que Pablo se sorprende ante la respuesta pues el sabía que a quien estaba persiguiendo era a unos hombres y mujeres que creían en Jesús, ahora, sin embargo, oía la voz de alguien que le preguntaba la razón por la cual lo perseguía. Pablo no contestó la pregunta que Jesús le hizo, sino que: “EL, TEMBLANDO Y TEMEROSO, DIJO: SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES QUE YO HAGA? Y EL SEÑOR LE DIJO: LEVANTATE Y ENTRA EN LA CIUDAD, Y SE TE DIRÁ LO QUE DEBES HACER”. (Hechos 9:6)

¿QUÉ QUIERES QUE YO HAGA? Indica que Saulo ha cambiado de idea, quizá le caló profundo lo que oyó de boca del Señor Jesús: “DURA COSA TE ES DAR COCES CONTRA EL AGUIJÓN”. Cada golpe que propinamos a un aguijón es una herida más que hacemos a nuestro cuerpo, de ahí que no convenga ir pateando aguijones. Buena decisión la de Saulo de preguntar: “QUÉ QUIERES QUE YO HAGA”. Es mejor rendirse ante un poder superior y rescatar algo y no perderlo todo. Rendirse a Cristo siempre será perder nada y ganarlo todo. Es mucho lo que ganamos rindiéndonos a Jesús. ¡¡¡Rindámonos a Jesús!!! Al igual que Saulo, digamos: “QUÉ QUIERES QUE YO HAGA”.

“ENTONCES SAULO SE LEVANTÓ DE TIERRA, Y ABRIENDO LOS OJOS NO VEÍA A NADIE; ASI QUE, LLEVANDOLE POR LA MANO, LE METIERON EN DAMASCO, DONDE ESTUVO TRES DÍAS SIN VER, Y NO COMIÓ NI BEBIÓ” (Hechos 9:8-9).
Tres días sin ver, sin comer y sin beber, bien le sirvieron a Saulo para reflexionar en lo que había hecho en contra de la iglesia del Señor Jesús. Podemos ser muy duros y en algún momento tratar con crueldad a nuestros semejantes, pero en momentos de enfermedad o gran aflicción volvemos la mirada atrás y hacemos una evaluación de nuestras acciones pasadas y hasta pensamos que ellas podrían ser causa de nuestras aflicciones presentes, no sabiendo que tales aflicciones al final sirven para buscar refugio en aquel quien es el único que nos puede consolar y sanar.
Hasta la casa de Judas, que era el hogar en donde Saulo se encontraba ocupado en sus reflexiones y oraciones, Jesús envió a un discípulo llamado Ananías a fin de que pusiera las manos sobre Saulo, para que éste recibiera la vista. Al principio parece que Ananías no estaba muy convencido de que ir hasta donde se encontraba Saulo fuera la mejor opción, pues empieza a argumentar con el Señor Jesús, diciendo: “…SEÑOR, HE OIDO DE MUCHOS ACERCA DE ESTE HOMBRE, CUANTOS MALES HA HECHO A TUS SANTOS EN JERUSALEN; Y AUN AQUÍ TIENE AUTORIDAD DE LOS PRINCIPALES SACERDOTES PARA PRENDER A TODOS LOS QUE INVOCAN TU NOMBRE”. (Hechos 9:13-14). Por lo expuesto por Ananías se ve que Saulo era bien conocido por sus malas acciones en contra de los santos de Jesús y es muy razonable que sintiera temor de acercarse a él. El Señor Jesús convence a Ananías diciéndole: “VE, PORQUE INSTRUMENTO ESCOGIDO ME ES ÉSTE, PARA LLEVAR MI NOMBRE EN PRESENCIA DE LOS GENTILES, Y DE REYES, Y DE LOS HIJOS DE ISRAEL; PORQUE YO LE MOSTRARÉ CUANTO LE ES NECESARIO PADECER POR MI NOMBRE”. (Hechos 9:15-16). Ya convencido, Ananías llegó hasta donde se encontraba Saulo, puso las manos sobre él, y le dijo: “HERMANO SAULO, EL SEÑOR JESÚS, QUE SE TE APARECIÓ EN EL CAMINO POR DONDE VENÍAS, ME HA ENVIADO PARA QUE RECIBAS LA VISTA Y SEAS LLENO DEL ESPÍRITU SANTO”. (Hechos 9:17). Al instante, nos dice la Escritura, Saulo recibió la vista; se levantó y se bautizó. Jesús le dijo a Ananías que Saulo recobraría la vista y fue así como sucedió, porque la palabra que Dios habla, tiene cumplimiento, y Jesús es Dios. Podemos confiar en Jesús ya que toda palabra que él diga, siempre se cumplirá. Cuando Jesús promete algo, siempre se cumple, porque él no es mentiroso.
Después de recobrar la vista, Saulo se levanta, se bautiza, come, recupera sus fuerzas y se queda algunos días con los discípulos que se encuentran en la ciudad de Damasco, conviviendo con los hermanos y quizá, ahora, reflexionando en su nueva vida; ¿por qué no pensar que fue aquí, en este lugar y en este momento de su vida cuando acuñó la famosa frase que leemos en 2 Corintios 5:17: “DE MODO QUE SI ALGUNO ESTÁ EN CRISTO, NUEVA CRIATURA ES; LAS COSAS VIEJAS PASARON; HE AQUÍ TODAS SON HECHAS NUEVAS”? Ahora es una nueva criatura, ha nacido de nuevo, ahora es hijo de Dios por la fe en Cristo; ahora ya convive con aquellos a quienes antes perseguía, y pronto, él mismo se encontrará en el lugar de los perseguidos y se cumplirá en su vida lo que Jesús le dijo a Ananías acerca de él: “PORQUE YO LE MOSTRARÉ CUÁNTO LE ES NECESARIO PADECER POR MI NOMBRE”.










SAULO EMPIEZA A PREDICAR EN DAMASCO.










Después de recuperarse de los acontecimientos ocurridos en el camino a Damasco, Saulo empieza a predicar a Cristo en las sinagogas. Por lo que dice Hechos 9:20, el tema principal de su prédica es que Cristo "ERA EL HIJO DE DIOS".