sábado, 30 de enero de 2010

PABLO TESTIFICA DE JESÚS EN ROMA.

PABLO TESTIFICA DE JESÚS EN ROMA.

El Señor Jesús le habia dicho a Pablo: "TEN ÁNIMO, PABLO, PUES COMO HAS TESTIFICADO DE MI EN JERUSALÉN, ASI ES NECESARIO QUE TESTIFIQUES TAMBIEN EN ROMA." (Hechos 23:11), y Dios siempre cumple su palabra.
Se dispuso que Pablo fuera llevado a Italia. El encargado de llevar a Pablo a Roma, junto con otros presos fue un centurión llamado Julio que trató a Pablo humanamente. En Sidón, permitió que Pablo fuese a los amigos para ser atendido por ellos. Cuando el barco en que viajaban naufragó, los soldados acordaron matar a todos los presos para que ninguno se fugase nadando, pero Julio queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento. La presencia de Pablo entre aquella multitud de presos, impidió que todos fueran ejecutados, pues el Señor Jesús le había dicho: "TESTIFICARÁS TAMBIEN EN ROMA." Pablo no podía morir sin antes haber cumplido su cometido para dar cumplimirnto a la palabra de Jesús. Nada puede impedir que la palabra de Dios se cumpla; Julio presentó sano y salvo a Pablo al prefecto de Roma, junto con los demás presos. Dios dispuso que Pablo llegara a Roma y asi sucedió; claro que antes sucedieron muchas cosas durante el trayecto. Cuando aun se encontraban en Creta, Pablo recomendó que no zarparan porque era peligroso, pero el centurión le hizo más caso al patrón de la nave y zarparon. Fueron atrapados por un huracán. Durante la tempestad que les sobrevino en medio del mar, Pablo exhortaba a todos a tener buen animo. Aun en medio de la tempestad Pablo se encontraba tranquilo, pues el ángel del Señor se presentó ante él con un mensaje de Dios: "PABLO, NO TEMAS; ES NECESARIO QUE COMPAREZCAS ANTE CESAR; Y HE AQUI, DIOS TE HA CONCEDIDO TODOS LOS QUE NAVEGAN CONTIGO." (Hechos 27:24).
En un momento durante el viaje Pablo se dió cuenta que los marineros querían abandonar el barco y dio aviso al centurión, el cual evitó el escape.
Muchas fueron las palabras de aliento que Pablo dirigió a los marineros, soldados y presos durante la tormenta. Les aseguró: "NI AUN UN CABELLO DE LA CABEZA DE NINGUNO DE VOSOTROS PERECERÁ." (Hechos 27:34). Después de decir esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo comenzó a comer. Animados por esta acción de Pablo, las doscientas setenta y seis personas que viajaban en el barco, comenzaron a comer.
El barco en que viajaban, encalló, pero todos se salvaron conforme a lo que el ángel del Señor le dijo a Pablo. La isla en donde naufragaron se llamaba Malta. Allí fueron bien recibidos por los pobladores de la isla; encendieron un fuego para proporcionarles calor y contrarrestar los efectos de la lluvia y el frio. Mientras recogía ramas secas para avivar el fuego, Pablo fue mordido por una serpiente. Los nativos de la isla decían que Pablo era un criminal y que por eso había sido mordido por la vibora, y esperaban verlo caer muerto de un momento a otro, pero al no suceder lo que esperaban, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.
El padre del hombre principal de la isla se encontraba enfermo; Pablo oró por él, le impuso las manos y el hombre sanó. Al ver esto, los habitantes de la isla llevaron ante Pablo a todos los enfermos y fueron sanados. Cuando llegó el momento de dejar la isla, los isleños les proporcionaron a los naúfragos, las cosas necesarias para el resto del viaje.
Los naúfragos salieron de Malta con dirección a Roma en una nave llamada Castor y Polux. Después de detenerse siete dias en Puteoli hospedados por unos hermanos que vivian alli, llegaron a Roma en donde tres dias después de su llegada, Pablo convocó a los principales de los judios a quienes les contó que debido a las amenazas de muerte de parte de los judios que estaban en Jerusalén, se vio obligado a apelar a Cesar. Los judios residentes en Roma le respondieron que nadie había ido a esa ciudad a denunciarlo o a hablar mal de él, pero que deseaban saber acerca de la nueva secta pues en todas partes se hablaba contra ella. Un dia señalado por Pablo "VINIERON A ÉL MUCHOS A LA POSADA, A LOS CUALES LES DECLARABA Y LES TESTIFICABA EL REINO DE DIOS DESDE LA MAÑANA HASTA LA TARDE, PERSUADIÉNDOLES ACERCA DE JESÚS, TANTO POR LA LEY DE MOISÉS COMO POR LOS PROFETAS." (Hechos 28:23). Pablo trataba de convencerlos de que Jesús era el mesías prometido a Israel en la ley y los profetas, y algunos de ellos aceptaban lo que decía pero otros no creian, y como en otras ocasiones y en otros lugares, aqui también los judios no se ponían de acuerdo, pues mientras unos creian, otros no aceptaban lo que Pablo decía, y discutían entre si. Al ver la incredulidad de sus paisanos, Pablo les citó algunas palabras del profeta Isaias: "VE A ESTE PUEBLO, Y DILES: DE OIDO OIREIS, Y NO ENTENDERÉIS; Y VIENDO VERÉIS, Y NO PERCIBIRÉIS; PORQUE EL CORAZÓN DE ESTE PUEBLO SE HA ENGROSADO, Y CON LOS OÍDOS OYERON PESADAMENTE, Y SUS OJOS HAN CERRADO, PARA QUE NO VEAN CON LOS OJOS, Y OIGAN CON LOS OÍDOS, Y ENTIENDAN DE CORAZÓN, Y SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE." (Hechos 28:26-27). Después de citarles esta Escritura, Pablo siguió diciendo: "SABED, PUES, QUE A LOS GENTILES ES ENVIADA ESTA SALVACIÓN DE DIOS; Y ELLOS OIRAN." (Hechos 28:28).
El libro de Hechos termina diciendo: "Y PABLO PERMANECIÓ DOS AÑOS ENTEROS EN UNA CASA ALQUILADA, Y RECIBÍA A TODOS LOS QUE A ÉL VENÍAN, PREDICANDO EL REINO DE DIOS Y ENSEÑANDO ACERCA DEL SEÑOR JESUCRISTO, ABIERTAMENTE Y SIN IMPEDIMENTO." (Hechos 28:30-31), cumpliéndose de esta manera la Palabra que Jesús le dijo cuando estaba preso en Jerusalén, que
testificaría tambien en Roma. No nos dice el libro de Hechos que sucedió con Pablo despues de esos dos años de estar predicando en Roma en una casa alquilada.
Pablo predicaba el reino de Dios, y enseñaba acerca del Señor Jesucristo en una casa alquilada, abiertamente y sin impedimento, ni de parte de las autoridades ni de parte de Dios. ¿Qué enseñanza obtenemos de esto? Qué usted y yo podemos predicar el reino de Dios y enseñar acerca del Señor Jesucristo, en cualquier lugar en donde se nos permita hacerlo y quieran escucharnos y no necesariamente en un templo, según la opinión de algunos.